de Cristo es una de las experiencias y uno de los más grandes privilegios posibles en este mundo y en el venidero. Ahora en esta vida al contemplar la gloria de Cristo, somos transformados en su semejanza (vea 2 Cor. 3:18). En la vida venidera, seremos semejantes a El porque le veremos tal como El es (vea 1 Jn. 3:2). Este conocimiento de Cristo es en forma continua, la vida y la recompensa para nuestras almas. Aquel que ha visto a Cristo, ha visto al Padre; la luz del conocimiento de la gloria de
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